
La semana pasada, cuando hablé de mi paseo por Shoreditch hasta Brick Lane, dije que dejaba para esta semana el post sobre Brick Lane, pero ayer estuve en la Tate Britain, viendo , y acabé tan emocionada que cuando me he sentado a escribir el nuevo post lo que me apetecía de verdad era contaros la exposición, mi paseo por los alrededores de la Tate Britain y la colección permanente de este museo, que es maravillosa y, por desgracia. bastante desconocida.
Llegando a la Tate Britain
Este paseo es para disfrutarlo porque aunque no es espectacular, ni uno de los puntos más bonitos de Londres, sí que tiene edificios muy bonitos y una paz y tranquilidad increíbles, sobre todo, para ser Londres. La pena es que el río, que acompaña todo el paseo, no se vea bien porque la valla es demasiado alta, de hecho, los bancos para sentarse están en pequeñas plataformas de ladrillo con escalones para poder verlo, y tampoco se ve mucho. Por la calle hay varias esculturas que creo que pertenecen al museo y que están bastante bien.
La exposición de Phyllida Barlow
Al principio, me dejó un poco fría, no sabía muy bien qué pensar, son montones de maderas claveteadas con un resultado bastante espectacular, porque son gigantes, pero no me llamaban mucho la atención. Y luego, vas andando por las salas donde están sus obras y te vas fijando en detalles y ves que utiliza colores y distintos elementos, que se preocupa como el resto de los artistas de la armonía de la composición y que pone una cinta adhesiva naranja aquí y una bolsa que sobresale allá y te das cuenta de que hace un trabajo muy bonito.
Está claro que si no, la Tate Britain no expondría nada de ella. La obra está muy bien expuesta en varias salas grandes, de techos altísimos, que se comunican con arcos. Y lo mejor de todo, sobre todo para mí que soy una histérica de la iluminación en las exposiciones ¡La luz es natural! Y esto es un lujo total. Las salas tienen claraboyas grandes en los techos y le dan una luz maravillosa que queda muy bien al trabajo de Barlow que mantiene casi siempre el color del contrachapado.
La reforma de Caruso y St John
Ya hice un post sobre toda la reforma de la Tate Britain, porque se portaron genial y me dieron un montón de información sobre el tema. Recomiendo a todo el mundo que viva en Londres y a los que vengan a menudo o por lo menos que hayan venido más de una vez, que se acerquen a ver este museo, que disfruten de todo el trabajo que han hecho los arquitectos Caruso y St John y que vean la colección permanente porque es una maravilla. Como a ellos les gusta decir son 500 años de arte británico.
Para mi gusto es un museo precioso porque lo han reformado con un gusto impresionante y han tenido la personalidad suficiente como para no hacer el típico museo moderno que se hace ahora siempre, si no que han sido fieles a la época en la que se contruyó.
Da gusto fijarse en todos los detalles: las puertas de estilo moderno, los arcos y las molduras antiguas, los bancos de diseño impecable y siempre genial colocados, la entrada principal con sus dos ventanales enormes y el suelo de mosaico en blanco y negro. Además, la colección no es nada aburrida, es súper atractiva y de sala en sala va cambiando y se hace amena y, encima, las obras dentro de cada sala están genial distribuidas.
Yo vine con la idea de ver sólo la expo de Phyllida Barlow, porque he estado hace poco un par de veces, pero volví a ver la mitad del museo. Mi sala favorita es la de 1930, que se ve en las siguientes fotos.
La tienda del museo
No es que tenga mucho que decir sobre la tienda, pero las tiendas de los museos son muy bonitas y esta tiene montones de libros de arte, que aunque no se puedan comprar todos, sí que se les puede echar un vistazo y disfrutarlos un poco. Tiene la tienda normal y fuera un par de mesas con libros buenísimos.
Merendando en la terraza
Yo me esperaba una de estas tartas inglesas riquísimas y un capuchino cremoso y dulce, en la terraza de la cafetería, que ya le había echado un ojo antes de entrar al museo. Y así estuve toda la exposición, pensando en la merienda tan estupenda que me esperaba. Pero no, por primera vez en Londres probé una tarta que estaba malísima, es más, ni siquiera sabía a Red Velvet, que era lo que había pedido. Era tan insípida como una tarta congelada del Sainsburys, que ya es difícil. Y el capuchino malísimo, para dos café que me tomo al año.
Eso sí, pude usar la cucharilla diseñada por Nicole Wermers, fue una de las cosas especiales que se encargaron por la reforma, las dan con el café. Si pides té te ponen unas cafeteras monísimas de colores. La terraza una gozada, se respira paz y las vistas a las cornisas del edificio son preciosas.
Para ver la otra Tate: LA TATE MODERN Y EL LONDRES DEL TERCER MILENIO y para ver un museo precioso en Londres: THE COURTAULD GALLERY, UN MUSEO DIEZ EN LONDRES
¡Hola, Estrella!
Este fin de semana me lanzaré a verlo, el año pasado no tuve tiempo de dar el recorrido completo al Tate Britain y bueno te cuento que es mi último fin de semana aquí, que triste que descubrí tarde tu blog. Pero bueno, seguro regreso por noviembre y seguiré pendiente de lo que escribes. 😀 Por cierto también hoy descubrí que está the London Design Festival del 13 al 21 de septiembre, seguro ya lo sabes. Pues nada, gracias de nuevo por el post.
Abrazo,
Mayra
Hola Mayra, que bien que puedas volver en noviembre, yo te lo recomiendo, espero que te guste y que merezca la pena. Muchísimas gracias por la recomendación del London Design porque me he enterado antes por ti que por Facebook. Un millón de gracias, me voy a acercar, a ver que veo. Disfruta el fin de semana!