
Sigo con nuestro viaje por Grecia. El tercer día, lo más importante que hicimos, fue ver el Mercado Central de Atenas.
Hubo diferencias de opiniones, a dos del grupo nos encantó y otros cuatro dijeron que cómo les podía haber llevado ahí
Porque fue cosa mía, yo propuse que podía ser chulo.
Y puedo decir en mi defensa, que cuando volvimos, entré en el blog de Marie Chantal Miller y en un listado de las 10 cosas que más le gustan de Grecia el Mercado Central de Atenas ocupaba el quinto lugar.
No es para todo el mundo, pero a mí me encantó y me hinché a hacer fotos. No salieron demasiado bien, pero es una zona chulísima.
Hicimos más cosas ese día, lo cuento todo.

Estadio Oanatenaico, en Atenas.
Estadio Panatenaiko
Antes de ir al mercado, fuimos al Estadio Panatenaiko, porque estaba cerca de nuestro hotel y es una de las cosas que recomiendan ver en Atenas.
Es un estadio que está hecho totalmente en mármol blanco.
Lo reconstruyeron gracias a los restos de un estadio antiguo, el que fue el primer estadio de la Historia.
Una vez reconstruido, acogió los primeros Juegos Olímpicos modernos, que se celebraron en 1896.
El estadio antiguo, el de los restos, acogió la parte atlética de los Juegos de las Panateneas, que en su momento eran más importantes que los Juegos Olímpicos.
Así que cuando estás viendo el estadio, puedes imaginarte a los griegos sentados en las gradas con sus túnicas y sus peinados antiguos.
En la inauguración, que fue en el 120 DC, Adriano mandó sacrificar mil animales.
En el 2004 usaron este estadio para el tiro con arco y fue espectacular. También fue la meta de la maratón.
En realidad, es la meta de la maratón que se celebra cada año en Atenas.

Los alrededores del Mercado Central de Atenas.
Camino del Mercado Central de Atenas
Cuando terminamos de ver el estadio, cogimos un taxi y nos fuimos al Mercado Central.
Pensamos que necesitaríamos dos taxis, porque éramos seis, pero el taxista dijo que daba igual. Así son los griegos.
Cuando le dijimos al taxista que íbamos al Mercado Central puso cara de «¿A dónde?»
Y a continuación dijo «¿Pero no sois turistas?» Y nos dijo que nos podía llevar a un monte muy bonito con unas vistas preciosas de Atenas, o a cualquier otro sitio.
«Pero, ¿al Mercado Central?»
Nosotros le insistimos que queríamos ver el mercado. Y fuimos, muy a su pesar.

Una moto a la entrada del Mercado Central de Atenas.

Interior del Mercado Central de Atenas.
El Mercado Central de Atenas
Cuando llegamos al mercado se veía que era una zona diferente.
Era una mezcla de ciudad decrépita por un lado y colorida por otro, que a mí me resultó muy fotogénica.
El Mercado en sí, no tiene tanto interés como yo pensaba.
La arquitectura es muy bonita y es muy curioso que los vendedores están fuera de los puestos, no como en los mercados españoles.

Una de las paredes del mercado.

Un puesto de frutos secos.
Además, en el momento en el que entramos no había nadie comprando, éramos los únicos turistas.
Así que nuestra entrada fue bastante gélida, con todos los vendedores mirándonos con caras de guasa y haciendo gestos de hacer fotos.
Pero los alrededores del mercado son geniales.

Montones de puestos de frutos secos y especias.

Sacos de arpillera, muy típicos de este mercado.
Puestos de frutos secos y especias
Los laterales del mercado tienen tiendas antiguas preciosas donde venden frutos secos y especias.
Además, hay montones de puestos en la calle donde venden cosas.

Un kiosco enfrente del mercado.

Una tienda preciosa y decrépita.

La esquina de otra tienda.
Edificios decrépitos con mucho encanto
Toda la zona de los alrededores está bastante vieja.
Se ve que ha sido una buena zona, porque los edificios son preciosos y tiene buenos balcones y ventanas.
Pero no los han arreglado en siglos.
Además, les han ido añadiendo en los bajos cosas típicas de comercios de barrio, como toldos con inscripciones enormes, puestos y productos de todo tipo en la calle.
Hay mucho tráfico y muchísima gente, lo que le da mucho ambientillo.

Un grafiti en la zona del mercado.

Un cierre pintado.
Grafitis y pintadas
Una cosa que me sorprendió muchísimo de Atenas es la cantidad de grafitis grandes que hay por todas partes.
Por lo visto tantos años de crisis han provocado mucho inconformismo, y parte de ese inconformismo se ve en las paredes, por todas partes.
Pues esta zona, los alrededores del Mercado Central, está llena de grafitis.
Además como es una zona decrépita y con mucha vida, los grafitis le quedan genial. Es una zona muy visual.
Al lado, está Exarchia, que es el barrio anarquista de Atenas.
Si te gusta el grafiti, es la bomba, es una galería de arte permanente con murales enormes.
A mí me habría encantado ir, pero con las caras que estaban poniendo con el Mercado Central, cualquiera les proponía ir al barrio Anarquista de Atenas.

Comienzo del mercado de frutas.

Un puesto de frutas.

Una pila de huevos.
Mercado de frutas
La parte de frutas y verduras de este mercado está en otro lado, hay que cruzar la calle.
Pero cuando estás dando vueltas por el mercado, se ve perfectamente.
Cuando yo estuve, la referencia era un toldo gigante a rayas muy anchas de colores muy chillones, en una esquina de una casa .
Son unos cuantos puestos, como los de los frutos secos, pero con frutas.

La Plaza de Monastiraki.
Plaza de Monastiraki
Así que terminamos nuestro recorrido por el Mercado Central de Atenas, que a mí me encantó y a ellos les horrorizó.
Y fuimos andando por las calles por las que habíamos andado los dos días anteriores.
Ahora, con un poco de pena, porque por la tarde cogíamos un ferry a la Isla de Sifnos, y se acababan nuestros días en Atenas.
Pasamos por la plaza de Monastiraki, por la que las dos noches anteriores pasábamos.
Esta plaza no es especialmente bonita, pero es espectacular, porque se ve la Acrópolis en lo alto. Y de noche, es alucinante, porque se ve iluminada.

Grafitis en la calle Pittaki.
Arte urbano en la calle Pittaki
Entonces, me pareció que estábamos al lado de una calle que me había encantado la noche anterior.
Pero que no pude hacer fotos porque no había luz.
Y, efectivamente, estaba al lado, así que fuimos.
Es la calle Pittaki, es el resultado de un experimento que hicieron unos cuantos arquitectos, que se hacen llamar Before Light.

Lámparas en la calle Pittaki
Pidieron a los vecinos que les dieran lámparas que no les sirvieran.
Las colgaron, las instalaron y, ahora, quedan chulísimas.
Además hay mucho grafiti.

Los ferrys en el Pireo.

Mi bocadillo y mi bolsa de Jesús Navarro.
El puerto del Pireo
Nos tomamos una cerveza y unas patatas en una terraza de la zona, fuimos al hotel, cogimos las maletas y pedimos dos taxis para ir al puerto.
Por fin, íbamos a coger un ferry para la isla de Sifnos.
Cuando llegamos al Pireo, teníamos hambre, pero ahí no hay nada para sentarse a comer.
Así que compramos unos bocadillos y unos refrescos, esa fue nuestra comida.
Pero lo compensó todo cuando llegamos a nuestro hotel maravilloso de Sifnos, Kamarotí, nos dimos una ducha y bajamos a cenar al jardín.
Pero eso lo cuento en el siguiente post sobre nuestro viaje a Grecia.
Te recomiendo que las entradas de los ferrys las saques por internet, con tiempo, desde tu casa. Hay varios enlaces en internet.

Gente esperando a entrar en el ferry, grafitis enormes al fondo.
El puerto del Pireo y la batalla de Maratón
Cuento esta historia, porque la leí en el libro Los Griegos, de Asimov, y me pareció muy interesante.
En un momento en el que Persia quería dominar a toda Grecia y a Atenas (ya tenía casi todo dominado) envió mensajeros a todos los pueblos para que se sometieran.
Dos ciudades se negaron: Esparta y Atenas. Esparta estaba más fuerte que nunca. Atenas no.
Pero un ateniense con mucha visión de futuro, Temístocles, dijo que necesitaban una flota poderosa para ganar a Persia.
Lo primero que hizo fue fortificar una zona de la costa, lo que hoy es el puerto del Pireo. Aquí estaría la flota.
La flota que salió por el Egeo para combatir a Persia, salió del Pireo, y constaba de 9.000 soldados más 1.000 que cedió Platea.
No era una flota tan potente como la que quería Temístocles, pero no estaba mal.
Sorprendentemente, ganaron a Persia en Maratón. Nadie se lo podía creer.
Sabían que el pueblo de Atenas estaría aterrorizado esperando a ver qué pasaba, porque si perdían serían sometidos por los persas y perderían su indepedencia.
Entonces, enviaron a un corredor, Filípides, para que corriera los 42 km que había entre Maratón y Atenas
Filípides llegó a Atenas medio muerto, dio la noticia y murió.
Gracias a esta carrera todas las maratones duran esa misma distancia: 42 km.
Que bonita la historia !!
Me podrías recomedar libros de la historia griega que conozcas y que te hayan gustado? Los Griegos, de Asimov apuntado!
Graciasssss!
Hola de nuevo Lau,
sé que Asimov no tiene buena fama como historiador porque no descubre nada, símplemente se dedica a contar lo que ya sabe.
Pero lo cuenta muy bien y muy ameno. Te informa de mucho y es fácil de leer.
Compré también una guía de las islas, pero apenas hablaba de Sifnos, así que fue una idiotez y una guía de Atenas, que te recomiendo que te compres una si vas a conocerla.
En cuanto a libros de historia de Gracia me compré el de Asimov, que me gustó mucho y otro que no llegó a casa, se perdió por el camino.
Pero puedes buscarlo, era un libro sobre las costumbres de los griegos, sobre cómo vivían.
No era barato, pero era muy interesante.
Si encuentras un libro especialmente interesante, por favor compártelo.
Un saludo!!